Videojuegos olvidados

Un fascinante viaje al centro de la historia del entretenimiento electrónico, en tu propio idioma.

Wooohooo!

Strider iba de no se qué de unos rusos y, jo-der: obra maestra.

Autoretrato en Strider, 1989

Yo y mi sable balalaika en la noche de Moscú. Las go-gos Stolichnaya esperan desnudas en el Kremlin, creo.

ABAJO LA COLECTIVIZACION

TOMA ESTO COMUNISTA

CALLATE IMBECIL

Dios, cómo odio a los comunistas.

EL ABOMINABLE GORILA MECÁNICO

"SUDO DE TU CARA, KING-KONG TERMINATOR BOLCHEVIQUE!"

w00t!

VIVA LA LIBERTAD

STRIDER. Año: 1989. Casa: Capcom.

Ahora que estamos a punto de celebrar el aniversario de hechos tan relevantes en la historia de finales del siglo XX como la caída del Muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética o el final de la Guerra Fría, me parece oportuno recordar hoy aquí el sin duda decisivo papel que los dos primeros niveles de la maquinita de Strider tuvieron en todo aquello.

Y soy plenamente consciente de que muchas personas se ofenderán por ello, pero quiero dejar claro desde el principio que no es mi intención discutir en este artículo la versión oficial de la historia tal y como aparece al final de Rocky IV. Yo lo único que digo es que *tal vez* vaya siendo hora de ampliar un poco nuestros libros de historia.

Y un buen candidato para entrar en esos libros ampliados de historia podría ser, por qué no, Strider, un videojuego de 1989 de la firma japonesa Capcom, en el que los jugadores asumían el papel de Strider Hiryu (un ninja guaperas del futuro), justo en el momento en el que éste saltaba de su planeador y ponía los pies en una azotea de la Plaza Roja de Moscú, joder, ¿os lo imagináis?

¡Nada menos que en la maldita Plaza Roja! Comenzaba así una carrera por los tejados con la línea del cielo de Moscú de fondo, entre cúpulas y bóvedas, y agentes de la Stasi disparando.

Strider era, efectivamente, un viaje sin retorno al corazón de la URSS.

Armado únicamente con una espada de plasma y varios gadgets inútiles que salían a su encuentro, el joven Hiryu debía enfrentarse cara a cara a los horrores del colectivismo y al complot del Comunismo Internacional.

Huelga decirlo, los jugadores de arcade del mundo libre acogimos la propuesta de Capcom y Strider con gran entusiasmo ($$$), y no era para menos: tras años sufriendo en nuestros trabajos y hogares la infiltración comunista, por fin podíamos vengarnos de esos cabrones infiltrándonos nosotros en la Unión Soviética!

Tope ninja

Joder, tío. El éxito de Strider más que inmediato fue instantáneo.

Decenas, cientos, miles de personas se agolpaban día y noche en torno a las cabinas de Strider, y no sólo para luchar contra el comunismo, no, sino también para luchar POR LA LIBERTAD.

Allí delante nuestro, pegado a la pantalla, suspendido en un haz de electrones, desfilaba un Moscú digital de azoteas y pasarelas, recreado con un grado de realismo acojonante. Tanto que, imaginaos: justo antes de llegar al Kremlin, ibas a parar al laboratorio secreto tipo cheka donde los rusos escondían a Ivan Drago, cuatro años después de su derrota con Rocky.

Ivan Drago

Pero el momento más celebrado de Strider era desde luego el final de su primera fase, cuando entrabas en plena reunión del Politburó y el Partido Comunista, hecho una furia, se tiraba sobre ti, transformándose para ello en un ciempiés humano de doce metros de largo, armado con una hoz gigante y un martillo. ESO. ERA. LO. MEJOR.

Y es que vosotros probablemente seáis demasiado jóvenes para recordarlo pero hubo un tiempo en el que el Comunismo y la Unión Soviética tenían sometida a una mitad del planeta mientras amenazaban a la otra con la DESTRUCCIÓN TOTAL.

HIJOS DE PUTA

Por aquel entonces no había felicidad en el mundo que no estuviera monitorizada por al menos dos o tres cabezas nucleares soviéticas. Allá donde sonriera un niño de dientes perfectos o viviera la típica familia media agradable, allá apuntaban los misiles transcontinentales de trescientos megatones de los comunistas.

Un régimen siniestro el soviético, joder que sí, responsable de innumerables ejecuciones, genocidios, purgas, matanzas, torturas, violaciones de los derechos humanos y otras atrocidades sin nombre, por no hablar de su larga lista de crímenes contra la propiedad privada.

Lavrenti Beria

Y la cosa no acababa ahí, porque la segunda fase de Strider transcurría en Siberia, un lugar terrible donde nada más empezar te atacaban varias jaurías salvajes de perros lobo, un gorila gigante robótico, no sé cuantas trampas mortales y patrullas de la KGB y, cuando por fin bajabas la guardia, joder, volvían a salirte otra vez los putos perros, JODER.

A mí siempre me mataban ahí porque como los perros me dan mucho miedo tenía que pasarme ese trozo con los ojos cerrados y por eso nunca me he llegado al final del juego, por culpa de los perros comunistas :(

PUTO PERRO COMUNISTA PUTO PERRO COMUNISTA

¡¡¡PUTOS PERROS  
<- COMUNISTAS!!! ->

O sea que ni idea de lo que pasaba luego. Creo que la cosa seguía en un barco, después en la selva del Amazonas y, llegados a este punto, la verdad: la mayoría de nosotros se dejaba matar para poder echar más dinero, comenzar de nuevo en Moscú y continuar luchando así contra la colectivización y el complot internacional de los partidarios de la comunistez.

Porque Strider nos enseñó a luchar. Sí, es verdad: Strider nos enseñó a luchar.

De algún modo, aquellas dos primeras fases del juego de Capcom se las arreglaron para sacar lo mejor de nosotros, y no me refiero sólo a monedas de cinco duros, sino a LO MEJOR DE NOSOTROS DE VERDAD.

Strider Hiryu

Era grandioso: aún no teníamos edad para votar y sin embargo allí estábamos, respondiendo al grito de "¡Socialismo o barbarie!" a base de bastonazos de plasma.

Sí, señor: Strider fue algo más que el símbolo de toda una generación. Strider fue un crudo alegato a favor de la indómita naturaleza del ser humano y una clara denuncia de los brutales métodos del bolchevismo, al menos hasta donde yo me he llegado.

No es de extrañar, pues, que al poco del estreno de esta máquina en los salones recreativos de Europa Occidental el mismísimo Muro de Berlín cayera, y con esto - que quede claro - no digo que todo el bloque comunista se viniera abajo gracias a un videojuego, porque es evidente que en la caída del Comunismo intervinieron muchos otros factores y que en el fondo todos le debemos a Rocky IV gran parte de lo que somos. Pero lo que tampoco se puede negar es que los que jugábamos a Strider estuvimos ahí.

Esto es Historia viva

De este modo, cuando el dinero de las cuotas de los niños de papá que jugaban a comunistas de fin de semana se desvió del Oro de Moscú hacia el nuevo programa computerizado de Capcom, la ya de por sí débil economía soviética se desquebrajó.

Sin representantes para el próximo Torneo Mundial de Boxeo y sin dinero, los comunistas se veían por fin obligados a asumir la verdad: que su sistema había fracasado y que la Guerra Fría tenía un ganador: NOSOTROS.

Así fue como terminó para siempre la horrible dictadura del Comunismo, bajo cuya tiranía los únicos que podían votar eran los comisarios políticos, y eso sólo para decidir cómo torturar hasta la muerte a tal o a cual tío.

Es por eso que quiero aprovechar la oportunidad que me brindan hoy Internet y la LIBERTAD DE EXPRESIÓN para proclamar formalmente desde aquí a los dos primeros niveles de Strider candidatos oficiales al Premio Nobel de la Paz, por sus reconocidos servicios a la Humanidad, además de por varias fotografías de su maquinita junto a NELSON MANDELA.

EOH, Y TAMBIÉN GRACIAS A ROCKY

SIEMPRE TE LLEVAREMOS EN EL CORAZÓN, STRIDER HYRIU, GRACIAS POR ACABAR CON TODOS LOS COMUNISTAS!!! :)

Por último, el gran entusiasmo ($$$) recaudado por Capcom gracias a este juego posibilitaría tan sólo dos años después el desarrollo del que con el tiempo estaba destinado a convertirse en otro de los pilares fundamentales de la civilización moderna occidental. Me estoy refiriendo, naturalmente, al Street Fighter II.

AQUÍ TODOS: Dios te salve, Street Fighter II.

Ésta fue mi historia de cómo las dos primeras fases del arcade de Strider cambiaron el mundo.

CÓMO JUGAR HOY A STRIDER: Miren a ver aquí, amigos.

Que te crees tú eso, comunista! STRIDER HIRYU SALDRÁ DE EURASIA COMO LE DÉ LA GANA!!!

2007, Carlos Miguel Ruiz

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