Un fascinante viaje al centro de la historia del entretenimiento electrónico, en tu propio idioma.
OH MUMMY fue mi primer videojuego, el primero que tuve nunca, y era muy muy bueno, tal vez el mejor que se haya hecho jamás. Su protagonista era un arqueólogo del Museo Británico. Por si esto fuera poco - y, joder, no lo es -, OH MUMMY también tenía momias. Jodido Dios bendito. Sí, habéis leído bien: MOMIAS.
"Ginger", la momia del Museo Británico.
No hay en el mundo un ser más cruel, despiadado y sexy que una momia, salvo, quizá, un arqueólogo del Museo Británico.
Las momias son tan peligrosas que si piensas en ellas más de cinco segundos seguidos te meas encima de miedo. Las momias son increíblemente malvadas, escuchan rap todo el día y todo les importa una mierda. Una verdadera momia habla siempre en susurros, porque es una criatura de la noche, y también un no-muerto.
Afortunadamente para los humanos, siempre que hay una crisis momia los arqueólogos del Museo Británico entran en acción.
Los arqueólogos del Museo Británico son los mejores. Defienden al mundo de los terribles secretos que ellos mismos desentierran y se tiran el día luchando contra espíritus, maldiciones y momias pilotando ovnis.
El equipo básico de un arqueólogo del Museo Británico consta de cantimplora, pala y linterna. Sólo con esto un arqueólogo del Museo Británico es capaz de partirle la cara a cualquiera.
Pero los arqueólogos del Museo Británico son mucho más que 100% pura testosterona. Todos ellos tienen al menos un diploma, conocen varias lenguas muertas y en sus ratos libres mantienen relaciones sexuales con mujeres inaccesibles a las que no vuelven a ver jamás.
Esto es porque los buenos arqueólogos del Museo Británico no sienten amor por nada ni por nadie y sólo se divierten cuando disparan sobre sus prisioneros momia.
Un arqueólogo del Museo Británico suele cobrar 13 millones de euros al día, y es, por lo menos, tan cruel y despiadado como una momia, aunque trescientas o cuatrocientas veces más sexy porque sus genitales no se guardan en una vasija desde hace miles de años.
Por supuesto, OH MUMMY, el gran éxito de Gem Software en 1984, hablaba de todo esto y de mucho más.
El juego fue una acertada recreación del descubrimiento del país de las momias en 1880, por parte de los primeros arqueólogos del Museo Británico.
Los primeros arqueólogos del Museo Británico eran jóvenes, silenciosos y extremadamente peligrosos. Howard Carter, por ejemplo, salía con una modelo distinta cada noche y no sentía ningún respeto por la vida humana. Por desgracia, nada de esto impidió que recibiera la maldición de Tutankhamon y muriera al instante, el 4 de Noviembre de 1922, en una jornada triste como ninguna que supuso el principio de la conocida y terrible guerra de las momias.
Como último dato de interés, querría añadir que las momias fueron inventadas por los egipcios, junto con la cerveza, el vudú y la telepatía, y que, en una escala del uno al diez (donde 1 sería "psé" y 10 "absolutamente genial"), este artículo vendría a ser una completa gilipollez.
CÓMO JUGAR HOY A OH MUMMY: OH MUMMY sigue manteniendo la fuerza y el tono épico veinte años después, y se trata de uno de los pocos juegos de 8 bits presentes en Poetamaldito.com que aún son capaces de pisarte la boca.
Si tienes valor y quieres comprobarlo, descarga un emulador de Amstrad CPC (como Arnimedes) y una copia del milenario y grande, oh, OH MUMMY.
Y ya por fin, para terminar, la terrible maldición del faraón: