Un fascinante viaje al centro de la historia del entretenimiento electrónico, en tu propio idioma.
"Dredd a Central: Lector 98.84.18.52 entrando en sector, cambio."
"No hay nada peor que el fantasma de un punky."
- Spikes Harvey Rotten. In memoriam.
Tío, si el cinismo flotara, yo creo que los cómics de Judge Dredd saldrían volando.
Por eso mismo me pregunto, ¿hubo alguna vez tebeo más acojonante que éste?
Para los que no conozcáis el personaje, Dredd es el más destacado oficial de la ley en Mega-City One (ciudad que engloba a la actual Nueva York y a prácticamente la totalidad de la costa este norteamericana) en el año de nuestro Señor de 2099.
Abolida la democracia tras la 3ª Guerra Mundial, la humanidad se hacina en gigantescas urbes estado. Los robots copan todos los puestos de trabajo y la superpoblación y el desempleo son endémicos.
Sólo Mega-City Uno tiene 800 millones de habitantes y una tasa de ocupación de prácticamente el 0%.
Sus bloques de edificios de 70,000 habitantes se yerguen en grupos ciclópeos por entre las grandes avenidas en constante atasco.
En un futuro así de megajodido, los agentes de policía han sido sustituidos por los Jueces, funcionarios del Departamento de Justicia que han jurado hacer cumplir la ley, deteniendo y juzgando al momento a cualquier culpable, siendo la sentencia en no pocas ocasiones la muerte (allí, in situ).
Dredd y los suyos son, básicamente, los superpolicías fascistas del futuro.
Tendría yo ¿cuántos? ¿pocos, muy pocos años? cuando en una tienda de Picadilly Circus, en Londres, vi aquella camiseta en la que el Juez Dredd sostenía a un macarra por el cuello y le apuntaba con una pistola humeante mientras le gritaba: "YOU'RE THE NEXT, PUNK!!!"
Entonces, aquella otra tarde, algún tiempo después, ya en Barcelona, descubría por accidente un extraño cómic en un quiosco de la avenida Diagonal.
La portada del Judge Dredd nº 6 de Ediciones Zinco me llamó la atención enseguida, y lo devoré, recuerdo, en aquella cafetería pija.
La Tierra Maldita. La travesía con las vacunas a través del desierto. El ejército de robots del general Blood N' Nuts y las historias del extraterrestre Tweak y Spikes Harvey Rotten, el punk más grande de todos los tiempos.
Una adaptación libre de "El callejón de la muerte" de Zelazny.
Aun sin saber entonces este último dato el cómic me dejó flipado y, tan pronto como pude, me hice con más: la historia entera del Juez Cal, un remedo de Calígula. En busca del Niño Juez. Batman contra Dredd (éste estaba un poco psé) y desde ahora, y oficialmente, cualquier cosa que se me ponga por delante.
Los cómics de Judge Dredd eran acojonantes.
Y sí, la colección completa será de muy difícil adquisición y todo lo que tú quieras, pero en mi opinión los cómics de Judge Dredd son una obra moral de obligada (re)lectura.
El bueno de Joe Dredd venía a ser una mezcla perfecta entre Sérpico, Leónidas y Harry el Sucio, ya sabéis: un tío insobornable, duro y gilipollas. Y también con un par de pelotas.
Porque, a pesar de no contar con superpoderes, a lo largo de 31 años este personaje se ha enfrentado y ha sobrevivido a una galería de malvados memorables como Máquinamala y el resto de la depravada familia Ángel, el puto Juez Muerte, Satanus (un jodido Tyrannosaurus Rex mutante), su propio hermano gemelo Rico, las continuas atenciones de Walter el Robot, el mismísimo diablo, e incluso al propio Sylvester Stallone.
Pero tal vez lo que más llame la atención del que no está familiarizado con estas historias es que en el cómic original a Dredd nunca se le ha visto el rostro (siempre oculto bajo el casco de Juez), y que en todo este tiempo el tío no ha tenido un solo romance o aventura.
Y antes de que salte algún emocionado a decir "que es que el tío era gay" o "huh, qué gay que era", lo que pasa es que Dredd nunca ha tenido tiempo que perder en chorradas porque... ¡él es la Ley! El policía con licencia para matar definitivo. Una especie de fusión total entre Robocop y Kant.
Ese es, en resumen, Dredd: un tipo muy, muy legal. Mencionar también, cómo no, que el personaje fue muy finamente creado en 1977 por John Wagner, Pat Mills y un tocayo mío, Carlos Ezquerra (hey qué pasa coleguita).
Y apuesto a que ninguno de vosotros sabe que, aparte de un sofá chuchurrío y de los restos de mesa sobre los que escribo esto, el póster de Judge Dredd que cuelga en la pared de mi buhardilla es lo único que tengo que sobrevive de mi antigua casa, por Drokk!!!
CÓMO JUGAR HOY A JUDGE DREDD: Tanto el mundo del cine como el del entretenimiento electrónico han intentado a menudo explotar comercialmente el personaje de Judge Dredd, siempre, eso sí, con muy desigual fortuna. Y yo creo que, una de dos, o los tarados encargados de desarrollar estas adaptaciones fueron muy imbéciles, o los tarados encargados, efectivamente, fueron muy muy imbéciles y lo peor: que nunca en su puñetera vida se leyeron un cómic.
Entre tales desgracias de videojuegos fallidos me veo obligado a señalar a Judge Dredd (1987) de Melbourne House, Judge Dredd (1989) de Random Access, Judge Dredd (1993) de Midway y Judge Dredd: Dredd Vs. Death (2003) de Rebellion Developments, videojuego este último que me estoy bajando por el Emule y si acaso ya os digo yo luego qué.