Un fascinante viaje al centro de la historia del entretenimiento electrónico, en tu propio idioma.
La tabla de records de Barbarian era el único lugar del juego donde no podías cortarle la cabeza a nadie
Carlak, el guerrero que obligaba a sus rivales a mirar el mundo desde otra perspectiva
Por supuesto, Barbarian era mucho más que una orgía de decapitaciones
A veces, por ejemplo, también salía un humanoide verde chutando una, oh dios mío, ¡una jodida cabeza humana!
En la pantalla de arriba se ha ampliado la imagen de LA PRINCESA FLACA
Si existieran la justicia y el orden en este mundo antiguo y corrupto, tened por seguro que Barbarian sería considerada la obra cumbre de la fantasía épica medieval, en lugar de esa mierda de pelis y libros de "El Señor de los Anillos", pero tampoco me hagáis mucho caso porque llevo varias cervezas encima y podría estar exagerando.
Lo que, desde luego, nadie podrá negar es que Barbarian fue el gran éxito de 1987 en el, por aquel entonces, aún incipiente sector de los videojuegos.
A este éxito contribuyó, sin duda, el hecho de que Barbarian apareciera en prácticamente todos los sistemas informáticos de la época, como Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64 y Amiga, Atari ST, y ahora no recuerdo si hubo incluso una versión para MSX, aunque, honestamente, a quién le importa.
El caso es que, fuera en el ordenador que fuera, Barbarian exhibía una calidad técnica acojonante, unos combates de espada espectaculares y una portada repleta de excesos.
Su historia, además, era de lo más sencilla y, lo mejor: no había que leerla para poder terminarse el juego. Aun así molaba:
LA HISTORIA HASTA ESTOS MOMENTOS...
El malvado hechicero Drax desea a la Princesa Mariana y ha jurado hacer caer la perdición sobre la Ciudad de las Joyas a menos que la joven le sea entregada.
No obstante, ha concedido que si existe un luchador capaz de vencer a sus esbirros diabólicos, la princesa será puesta en libertad. Todo parece perdido a medida que los aspirantes, uno tras otro, caen derrotados.
Entonces, desde las áridas tierras perdidas del Norte, llega un bárbaro desconocido, un poderoso guerrero que maneja la espada con habilidad mortal.
¿Podrá vencer a las fuerzas del Mal y liberar a la princesa?
SÓLO TÚ PUEDES DECIDIRLO...
Sin embargo, no fue la inclusión de esta historia en un papel junto al recuadro de las instrucciones lo que llamó la atención en 1987 de jugadores y prensa especializada del mundo entero, sino el uso - algo descerebrado por parte de Palace Software - de dos elementos nunca antes vistos en un videojuego: las decapitaciones y la sangre manando a borbotones del cuello de los enemigos.
Mirad, tampoco quiero coger ahora y darle mucha importancia a este tema porque veréis: fue precisamente esta historia la que causó en su día la 1ª GRAN POLÉMICA DE LA HISTORIA SOBRE LA VIOLENCIA EN LOS VIDEOJUEGOS y tampoco es cuestión ahora de reabrir viejas heridas así que sólo comentaré una cosa y es que, en mi opinión, a los programadores de Barbarian se les fue la puta cabeza.
Joder, que en su juego salía gente escupiendo sangre por el puto cuello! No es de extrañar que los defensores de la paz en los videojuegos no sólo se molestaran, sino que además se encabronaran un huevo.
Pero no todo en el sangriento juego de Palace Software iba de degollar una y otra vez al contrario y de levantar luego el brazo en un gesto de puta madre, ni mucho menos.
Cabezas aparte, lo cierto es que Barbarian también permitía la posibilidad de dar patadas en la barriga, o testarazos o, directamente, hundir repetidas veces la espada en el cuerpo del oponente, lo que a uno libremente le viniera en gana, aunque con esto de la cabeza la verdad es que te daban más puntos.
La obra de Palace Software estaba además salpicada de pequeños detalles, entrañables a su manera, como el simpático humanoide deforme de color verde que aparecía al final de cada combate para llevarse los restos del perdedor.
Lo mejor era cuando por casualidad había algún degollado tirado por el suelo, porque iba el deformado y chutaba la PUTA CABEZA HUMANA.
Joder tío, Barbarian era un videojuego BRUTAL, en todas sus acepciones. Barbarian, más que una barbaridad, era la puta barbarie. Qué coño, ¡Barbarian era el rey!
Mi hermano pequeño y yo lo jugamos hasta que nos sangraron los dedos y después lo jugamos un poco más: Barbarian tenía una jugabilidad de fábula.
Anda que no molaba ir por ahí en plan bárbaro, de camino a la fortaleza del malvado hechicero Drax, abriéndose paso a espadazos y cortándole el cuello a todo el puto mundo.
Los océanos separaban Atlantis y en lo alto surgía el amanecer de los soles de Aries, y nosotros íbamos a rescatar a la princesa medio en tetas que salía en la portada, ohtíotíotío.
Por no hablar ya del modo de dos jugadores, modalidad esta que revolucionó a más no poder las discusiones en casa entre mi hermano y yo, no sabéis de qué manera (jugar a cortarse la cabeza frente al ordenador era bastante más divertido que pegarse de verdad).
Barbarian era, en definitiva, el perfecto simulador de la peli de Conan el bárbaro: ambos relatos tenían violencia, amputaciones con espadas y el juego de Palace también obtuvo unos años después su propia secuela con tías protagonistas y monstruos muy, muy, muy mala (horrible).
El único problema de este juego, tal vez su único gran defecto - aparte de un movimiento que había para hacer una puta voltereta - era el muñón de su jefe final: el estúpido hechicero Drax.
El malvado de Barbarian, el estúpido hechicero Drax, era sin duda el malvado más decepcionante en la larga y penosa historia de los malvados que se han arrastrado nunca por la pantalla de un videojuego. Para que os hagáis una idea del lamentable fracaso como malvado que era este tal "malvado hechicero Drax", en el Mario World había jefes de final de fase con forma de atún que daban más miedo que este tío.
Imaginaos el tamaño de mi GRAN DECEPCIÓN tras verter ríos de sangre para alcanzar la fortaleza del "poderoso Mago Drax" y descubrir que el único poder del muy inepto consistía en arrojar a los pies de la gente trozos de confeti y otras mierdas inofensivas recortadas cuidadosamente en pequeños pedacitos, lo que (evidentemente) JODER, NO TE AFECTABA EN ABSOLUTO.
Bastaba dar dos simples volteretas por el suelo hacia el estúpido mago DRAG para matarlo y acabarse el juego.
Y, de este modo, habiendo liberado al mundo de un tipo TAN PERO TAN IDIOTA, la princesa Miss Clavículas Salidas y tú podíais retiraros a criar pequeños bárbaros y famélicas futuras reinas. Ah, qué maravilla, en serio.
VALORACIÓN: Bárbaro. Un juego como el de Palace Software sería impensable en nuestros tiempos: cabezas que salen despedidas de sus cuellos, sangre a chorretones y chicas delgadas en bikini como premio. Mamma mía. Si un videojuego así pudiera venderse en la actualidad, vendría con tantos avisos a los padres que no cabría ni en tres DVDs. A pesar de esto, Barbarian es una obra mítica y, como tal, opino que debería ser enseñada en todas las escuelas, en lugar de esas clases de ética y religión, que son la hostia de aburridas.
Para finalizar, y ya en mi propia escala personal de Conans, a Barbarian le corresponderían cuatro Conans y medio y sí, eso es mucho:
CÓMO JUGAR HOY A BARBARIAN: Barbarian fue desarrollado en un tiempo en el que existían muchos tipos de ordenadores personales, así que, antes de empezar siquiera a pensar en jugarlo tendrás que decidir con qué versión quieres hacerlo. Personalmente, yo siempre recomiendo la versión de Atari ST. Para disfrutar de ella sólo necesitarás un buen emulador de Atari ST (mira en Google a ver) y la copia de Barbarian que supuestamente encontrarás en esta página (pero no me he tomado la molestia de comprobarlo).