Videojuegos olvidados

Un fascinante viaje al centro de la historia del entretenimiento electrónico, en tu propio idioma.

Presentación de "DOOM"

"Este será el juego más cojonudo y más guapo que el planeta Tierra haya visto en toda su puta historia!" - John Romero dixit.

Una sierra mecánica, de nuevo en Texas

Y, joder, tenía razón.

DOOM. Año: 1993. Casa: id Software.

Hubo una vez un videojuego revolucionario llamado DOOM. Cayó de la nada y nos fue a golpear a todos. No hay... palabras. Fue mayor que un terremoto, como si en el pequeño mundo de los videojuegos se hubieran vuelto locos. La gente lo jugaba noche y día. Joder, YO lo jugaba noche y día.

DOOM era increíble. La atmósfera, los enemigos, las armas, la música, los gráficos, la idea... Todo era nuevo para nosotros. id Software había avisado en 1992 con Wolfenstein 3D, pero DOOM fue mucho, mucho más allá de lo que nadie podría haber imaginado nunca.

Sé que no soy imparcial con respecto a DOOM y no hay forma de que pueda serlo, pero escribo esto honestamente, y os digo, convencido, que no ha habido nunca un videojuego más importante que este. Porque, en serio: antes de DOOM los videojuegos se estaban muriendo. Quiero decir: yo estaba allí. Lo vi con mis ojos.

Por suerte, había cuatro desarrolladores en Texas que no estaban muy de acuerdo con la forma de hacer de los tipos grandes, y fundaron en 1991 su propia compañía: id Software. Ellos eran John Carmack, John Romero, Adrian Carmack y Tom Hall, y con DOOM iban a cambiar la industria del entretenimiento electrónico para siempre.

John Carmack

John Romero


La historia que DOOM nos cuenta es una buena historia: es sencilla y es corta. Estamos en el año dos mil no sé cuántos y la raza humana ha colonizado varios planetas. Un grupo de marines espaciales se dirige hacia una base científica situada en Phobos (Marte), donde unos listos con bata la han jodido, y mucho. Como resultado, se ha abierto una puerta entre nuestro hermoso y pacífico mundo y una dimensión infernal habitada por demonios devoradores de personas. Por supuesto, todos los marines mueren horriblemente nada más llegar..., excepto uno y, *PAF*, ahí estábamos nosotros en 1994 y 1995: en el borde del monitor y con una escopeta en la mano, flipando, recorriendo túneles y galerías, flipando. Flipando.

Lo primero que llamaba la atención en DOOM era su aspecto. El juego transcurría en primera persona, en un mundo tridimensional y hostil por el que debíamos caminar disparando. Una idea genial, como veréis. Los gráficos eran simples y efectivos. Y la música metal de riffs imposibles, y el entorno, y los malos, y el sonido... Si tenemos en cuenta que un año antes las personas aún perdían el tiempo con mamotretos tales como Prince of Persia, estaréis de acuerdo conmigo en que este videojuego fue mucho más que una simple obra maestra. ¿Cómo era aquella frase de Arthur C. Clarke? "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia." Joder, pues DOOM era magia, amigo.

Los que hayan reconocido antes el nombre de Wolfenstein 3D sabrán que DOOM no fue el primer videojuego en usar la perspectiva en primera persona. DOOM tampoco resultó el primero en ser jugado a través de módem por Internet y, desde luego, no fue el primero en simular un mundo o un entorno en tres dimensiones. DOOM tal vez no inventara nada al fin y al cabo, pero lo revolucionó todo, absolutamente todo.

Doom: E1M8

Los Barones del Infierno hacían su presentación al final de "Knee Deep in Dead".

Doom: E2M1

El principio de "Deimos Anomaly" está grabado en mi retina.

Y si, por lo que fuera, no te gustaba, podías cambiarlo; destriparlo, como los buenos juguetes. Crear nuevos escenarios, ponerle otra música, retocar sus gráficos o, simplemente, disfrutar de las numerosas modificaciones que la gente colgaba libremente en Internet. Esto ahora será muy habitual, pero entonces era del todo impensable.

Jugando a DOOM pasaron las horas y los días, volaron los meses de estudio y se esfumaron los años de viajes. Pero luchamos contra las hordas del Infierno, tío, vaya que sí. DOOM devoró nuestro tiempo y trascendió a los videojuegos. Medio inventó Internet y cambió el curso de la historia. Y hasta las estrellas de rock se volvieron locas por jugarlo.

El único defecto de DOOM que soy capaz de recordar era su método de distribución, y es que DOOM era... Shareware.

La cosa iba así: el juego se dividía en tres episodios. id Software regalaba el primero y hacía el negocio enviando los dos restantes mediante correo tradicional a aquellos que así lo solicitaran y pagaran por teléfono. Sobre el papel, el Shareware era cojonudo. Sin intermediarios, relación directa con el cliente. El futuro, vamos.

En la práctica, sin embargo, el Shareware era un montón de mierda y sólo se tradujo en toneladas de piratería. No querría extenderme mucho más sobre este tema porque podría meter en un lío a algún conocido, pero a mí el juego, por ejemplo, me lo pasó Xavi Domènech.

Francamente, no sé en qué estaría pensando mi buen amigo Xavi Domènech (estaría borracho, el cabrón), pero conductas tan irresponsables como la suya constituyen un serio delito y dañan gravemente a la industria del software, haciendo que se pierdan millones de puestos de trabajo cada año.

A pesar de ello, DOOM consiguió venderse razonablemente bien, y todos sus creadores obtuvieron finalmente la colección privada de Ferraris que se merecían.

John Carmack y Adrian Carmack (no son hermanos) continuaron un tiempo en id Software, el suficiente para llegar a hacer un DOOM 3. Tom Hall, en cambio, dejó la compañía tras la primera parte, y John Romero le siguió algo después, tras el cuarto bombazo consecutivo de id: QUAKE.

Pero esa sí que es otra historia.

CÓMO JUGAR HOY A DOOM: Existen muchas formas de jugar a DOOM hoy en día. En cierta forma, lo haces cada vez que cargas Day of Defeat, o cuando disparas (o disparabas) en Counter-Strike. Cuando huyes de los PUTOS ALIENS en Aliens vs. Predator 2. Juegas a DOOM cuando practicas rocketjumping en cualquier Quake, o cuando crees que te diviertes con algo tan estúpido como Unreal. Porque sin DOOM no habría nada de todo esto. De no ser por John Carmack y John Romero aún estaríamos jugando al puto Pong.

Enlaces relacionados:

- Descarga parte de la banda sonora de DOOM en MP3, en Doomworld.com.
- Página oficial de id Software.
- Visita la página personal de John Romero.
- GIFS animados de DOOM.

Al final salía un ciberdemonio

2004, Carlos Miguel Ruiz

VIDEOJUEGOS QUE FUERON DIOSES
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